Este mosaico nació en un contexto inesperado, durante largos meses pasados entre los muros de un hospital, lejos de la naturaleza y de la luz viva que nutren mi alma. Fue en este espacio confinado donde los Olivos de Arlés de Vincent van Gogh se convirtieron en una fuente de evasión interior, una ventana abierta a la belleza y la vitalidad del mundo exterior.

Mas …

Este cuadro es una interpretación personal y vibrante de esta obra emblemática, un grito silencioso de mi ardiente deseo de reencontrar la libertad de los grandes espacios y los colores intensos del sur de Francia, que tanto había amado durante mis estancias revitalizantes en Aix-en-Provence.

Cada tesela colocada fue un acto de paciencia y esperanza, una manera de reconstruir, fragmento a fragmento, el paisaje que tanto extrañaba. Los azules profundos y ondulantes del cielo evocan la vastedad y la fuerza de la naturaleza, un contraste sorprendente con la inmovilidad de mi cotidiano de entonces. Los verdes plateados de los olivos, con sus formas tortuosas y resilientes, se convirtieron en un símbolo de mi propia fuerza interior y de mi determinación para reencontrar una vida plena y colorida.

Este cuadro lleva en sí la nostalgia de la luz provenzal, el recuerdo de los fines de semana bañados por el sol, pero también es una proyección llena de esperanza hacia mi futuro. Anticipa con alegría mi próxima etapa de vida, aquella en la que podré finalmente sumergirme de nuevo en la belleza de la naturaleza, bajo el cielo luminoso del sur de España, después de este período difícil. Cada matiz de color es una promesa de curación y de renovación, un paso más hacia la libertad reencontrada y el pleno disfrute de las maravillas del mundo. Al contemplar este mosaico, espero compartir un poco de esta luz reconquistada, este camino de la sombra hacia el brillo, e inspirar a aquellos que atraviesan momentos difíciles a siempre guardar la esperanza de un regreso a la belleza y a la vida.

Los Olivos de Arlés de Van Gogh fueron mi refugio visual y espiritual durante mi convalecencia. Esta interpretación en mosaico es mi testimonio del poder del arte como fuente de evasión y esperanza, y una celebración de la naturaleza cuya belleza y fuerza me llevaron hacia la curación y hacia un futuro soleado.